Los exámenes periódicos son una parte inevitable de ir a la escuela. Sin embargo, con una buena preparación y ciertas destrezas, esas pruebas no tienen que ser un dolor de cabeza o causa para “estrés”.
Se consistente
Estudiar para un examen debe ser algo que comience el primer día de clases. Es decir, si prestas atención en el salón y haces tus tareas a tiempo, debes poder enfrentar una prueba sin mayores problemas. Es importante que tan pronto no entiendas algo en la clase, le preguntes al maestro o pidas ayuda. No esperes hasta el día antes del examen para tratar de “embotellarte” la lección.
Elimina el elemento sorpresa
Si ya sabes con anticipación que tienes un examen, es buena idea que le preguntes al maestro cuales son los temas que se van a incluir en la prueba para estar bien preparado. Partiendo de esa premisa, puedes enfocarte mejor en el material que debes saber para el día del examen.
¡Repasa, repasa y repasa!
Como parte de tu proceso de estudio para el examen, es recomendable que hagas una lista de los puntos más importantes de lo que puede estar en la prueba, para que los puedas leer todas las veces que necesites. Ese repaso es fundamental para el éxito académico y es más recomendable que perder sueño la noche anterior estudiando a última hora.
Descansa
En estos tiempos en que vivimos donde siempre hay algo para hacer, es casi imposible encontrar tiempo para sencillamente descansar. Esas horas de relajación son especialmente importantes antes de tomar un examen. Se recomienda que por lo menos completes ocho horas de sueño para que tu mente y tu cuerpo estén listos para el reto que tienen por delante. Si descansas bien, estarás alerta y listo para sacar ¡A! en la prueba.
Aliméntate bien
Tu mente, al igual que el resto de tu cuerpo, necesitan combustible, o sea, comida, para poder funcionar al máximo. Pero, aunque se recomienda que comas antes del examen, pues te da energía, no debes ingerir alimentos pesados o que te puedan dar sueño. Si tu examen es al primera hora por la mañana, es buena idea desayunar avena, mientras que en el almuerzo, las habichuelas son fuente de energía.
¡Mente positiva!
Si hay dos cosas que son importantísimas al momento de tomar un examen es tener una actitud positiva y tratar de mantenerse relajado. Si empiezas a sentirte nervioso, respira profundo para calmarte y poder seguir adelante con la prueba.
Si no entiendes algo, pregunta
El hecho de que estés tomando un examen no significa que no puedas preguntar si no entiendes algo. Siempre lee bien la pregunta, si no entiendes, no asumas nada. Pídele al maestro que te aclare la confusión sobre eso que te está pidiendo en la prueba, antes de cometer un error en la contestación.
Contesta lo más fácil y lo de más valor primero
Como por lo general las pruebas tienen un límite de tiempo, es buena idea que contestes las preguntas que sabes primero. También debes eliminar las preguntas que tengan más valor — incluyendo los bonos — al comenzar el examen. Si no sabes la contestación, brinca la pregunta y sigue a la próxima. Si te sobra tiempo luego de terminar, revisa el examen para asegurarte que hayas contestado todas las preguntas. Sólo cambia una respuesta si entendiste mal o malinterpretaste la pregunta, porque la primera respuesta que pones es por lo general la correcta.